Sobre la Constitución y nuestros males
2 participantes
Página 1 de 1.
Sobre la Constitución y nuestros males
Hoy habrá legiones de estómagos agradecidos alabando la Constitución que usarán como excusa para darse la enésima comilona del año a costa del contribuyente. El hecho de que quienes más glorifican la Constitución son los que menos creen en los limitados aspectos positivos que ofrece sobre el papel, demuestra que fue creada sobre unas bases contaminadas por la dictadura, intentándose reducir a las reformas imprescindibles para que nos aceptasen en Europa y no hubiese un estallido social, pero dejando la organización del Estado todo lo petrificada que fuese posible.
Nuestro reto es dejar de ser una república bananera. Repúblicas bananeras hay muchas, y teóricamente basadas en muy diversas ideologías. EEUU es una república bananera donde la farsa electoral se circunscribe a elegir el collar del perro que sempiternamente gobernará. Cuba es una república bananera donde un partido único asfixia las potencialidades de toda una sociedad. Y España es una república bananera donde aun no hemos abandonado el siglo XIX, donde el canovismo sigue tan vivo como en sus comienzos: somos tierra de caciques.
El progreso de una sociedad sólo es posible cuando cada ciudadano se hace consciente de su valor como individuo, de su capacidad para mejorar la sociedad y dirigir su vida, de su derecho a exigir un buen funcionamiento de las instituciones, y de la obviedad de que el político y la autoridad son empleados a su servicio. Y para esto, en contra de lo que predica la hipocresía neoliberal, es imprescindible un reparto de la riqueza que erradique la pobreza e impida su concentración en manos de élites financieras capaces de condicionar las decisiones de todos con la amenaza de llevarse "su" dinero. Exactamente como hacían los patrones en siglos pretéritos: el que no me obedece, no tiene trabajo en mis tierras. La democracia es incompatible con la pobreza y con la acaparación de la riqueza.
Y, lamentablemente, tenemos una Constitución de república bananera. Se predica la igualdad entre todos los españoles, pero sufrimos a un Borbón nombrado por Franco con su corte de familiares y asociados protegidos por el aura de inviolabilidad ante la ley del Borbón padre. Se afirma el derecho a la vivienda, pero se le da un rango inferior a los derechos netamente fundamentales (aunque muchos expertos consideran que por su intrínseca relación con ellos posee igual jerarquía) igual que se hace con el derecho a la salud. Se habla del derecho a la participación política, pero aquí la democracia participativa es una utopia y la ley electoral beneficia obscenamente a los partidos del régimen porque, como decía Franco, no se nos puede dejar solos, y hay que corregir los excesos que podamos cometer votando demasiado a los partidos minoritarios.
Así, mientras la Constitución pretende reflejar, dentro de sus inmensas contradicciones que retratan su origen viciado, un supuesto Estado social y democrático de Derecho, los males endémicos del país se siguen manifestando como antaño. Incultura, resignación, sumisión ante el cacique, secuestro de instituciones y organismos públicos por quienes creen que son suyos aunque los paguemos todos, enchufismo, confusión entre los poderes del Estado, tráfico de influencias, dominio del terrateniente físico o financiero sobre millones de voluntades...y lo más grave: creencia de que debemos estar agradecidos al patrón por las migajas que nos da. Por eso hace falta otra Constitución, pero una Constitución que surja de una voluntad distinta de la que originó la primera. Una Constitución creada entre todos, porque si la hacen sólo unos pocos y los demás miramos será un desastre, independientemente de cuál sea su ideología. Más importante que quitar al Borbón, es que cada individuo grabe a fuego en su corazón y su mente que no debe volver a soportar la humillación de que la Jefatura del Estado sea transmitida en herencia dentro de una familia. Ni nuestro futuro negociado en una mesa de caoba por la peor basura de la sociedad.
Nuestro reto es dejar de ser una república bananera. Repúblicas bananeras hay muchas, y teóricamente basadas en muy diversas ideologías. EEUU es una república bananera donde la farsa electoral se circunscribe a elegir el collar del perro que sempiternamente gobernará. Cuba es una república bananera donde un partido único asfixia las potencialidades de toda una sociedad. Y España es una república bananera donde aun no hemos abandonado el siglo XIX, donde el canovismo sigue tan vivo como en sus comienzos: somos tierra de caciques.
El progreso de una sociedad sólo es posible cuando cada ciudadano se hace consciente de su valor como individuo, de su capacidad para mejorar la sociedad y dirigir su vida, de su derecho a exigir un buen funcionamiento de las instituciones, y de la obviedad de que el político y la autoridad son empleados a su servicio. Y para esto, en contra de lo que predica la hipocresía neoliberal, es imprescindible un reparto de la riqueza que erradique la pobreza e impida su concentración en manos de élites financieras capaces de condicionar las decisiones de todos con la amenaza de llevarse "su" dinero. Exactamente como hacían los patrones en siglos pretéritos: el que no me obedece, no tiene trabajo en mis tierras. La democracia es incompatible con la pobreza y con la acaparación de la riqueza.
Y, lamentablemente, tenemos una Constitución de república bananera. Se predica la igualdad entre todos los españoles, pero sufrimos a un Borbón nombrado por Franco con su corte de familiares y asociados protegidos por el aura de inviolabilidad ante la ley del Borbón padre. Se afirma el derecho a la vivienda, pero se le da un rango inferior a los derechos netamente fundamentales (aunque muchos expertos consideran que por su intrínseca relación con ellos posee igual jerarquía) igual que se hace con el derecho a la salud. Se habla del derecho a la participación política, pero aquí la democracia participativa es una utopia y la ley electoral beneficia obscenamente a los partidos del régimen porque, como decía Franco, no se nos puede dejar solos, y hay que corregir los excesos que podamos cometer votando demasiado a los partidos minoritarios.
Así, mientras la Constitución pretende reflejar, dentro de sus inmensas contradicciones que retratan su origen viciado, un supuesto Estado social y democrático de Derecho, los males endémicos del país se siguen manifestando como antaño. Incultura, resignación, sumisión ante el cacique, secuestro de instituciones y organismos públicos por quienes creen que son suyos aunque los paguemos todos, enchufismo, confusión entre los poderes del Estado, tráfico de influencias, dominio del terrateniente físico o financiero sobre millones de voluntades...y lo más grave: creencia de que debemos estar agradecidos al patrón por las migajas que nos da. Por eso hace falta otra Constitución, pero una Constitución que surja de una voluntad distinta de la que originó la primera. Una Constitución creada entre todos, porque si la hacen sólo unos pocos y los demás miramos será un desastre, independientemente de cuál sea su ideología. Más importante que quitar al Borbón, es que cada individuo grabe a fuego en su corazón y su mente que no debe volver a soportar la humillación de que la Jefatura del Estado sea transmitida en herencia dentro de una familia. Ni nuestro futuro negociado en una mesa de caoba por la peor basura de la sociedad.
Re: Sobre la Constitución y nuestros males
Empiezas muy bien hasta cuando en el tercer párrafo te entra la vena comunista.
Asoen- Administrador
- Edad : 34
Mensajes : 13788
Miembro desde : 16/06/2008
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Jue Mayo 30, 2019 6:50 pm por Mpcmartinez
» Carta abierta a la Dirección del Hospital Rafael Méndez de Lorca
Vie Feb 23, 2018 12:00 pm por icaro100
» Precinto de vehiculo
Lun Feb 19, 2018 12:33 pm por braveherat5
» Confesiones de un verdugo
Dom Dic 03, 2017 7:07 pm por icaro100
» Reloj de arena
Sáb Ago 19, 2017 9:55 pm por icaro100
» Futuro
Dom Mayo 14, 2017 9:41 am por icaro100
» Instante
Jue Mayo 04, 2017 11:26 pm por icaro100
» El presidente de Murcia abre su corazón
Miér Mayo 03, 2017 10:37 pm por icaro100
» Parada
Dom Abr 30, 2017 12:29 pm por icaro100
» Civil II con Miguel Navarro Castro
Miér Feb 08, 2017 4:53 pm por laurita13698