El 15M frena el desahucio de una anciana enferma de cáncer y su hijo discapacitado

Antonio Quiroga llena de besos a los periodistas que esta inusitada mañana cruzan su puerta. Padece una discapacidad del 41% -hipoacúsia- que le impide mantener una conversación fluida, pero hoy las palabras acuden a su boca en torrente. De entre todas ellas, una se le cae todo el tiempo de los labios y de los ojos llorosos: "Gracias".

A Antonio, de 55 años y trabajador de la ONCE, no le llega el idioma para agradecer al 15M el freno del desahucio del único hogar que conoce. Esta noche ha dejado a su novia y la ha pasado en casa, arropando a su madre, Victoria Sanz, enferma de cáncer terminal. El hijo no ha podido llevarla hasta el dormitorio: el cáncer ha doblegado los huesos de Victoria y la mantiene postrada.

La pareja ha pasado la noche en el salón, nervios a flor de piel, esperando la hora 'maldita' fijada por la Comisión Judicial para ejecutar el desahucio: las nueve y media de la mañana. A esa hora la tranquila calle Norte ha empezado a llenarse con las consignas de los 'indignados': "¡Queremos un pisito, como el del principito!", gritaban. Cerca de un centenar de ellos han bloqueado la puerta al edificio, desde el que Antonio y Victoria asistían a la escena expectantes. Si se quedan en la calle, "no tienen nada", explica su abogada, que detalla que Victoria es pensionista y gana menos de 900 euros

Lejos de los gritos, en una esquina, espera silencioso el abogado al que todos miran con suspicacia: el de 'la otra parte', o el demandante. Explica que Victoria, en régimen de alquiler, paga una renta de 156 euros mensuales que él define como un "favor" que ya se le hizo hace años. La familia lleva en el inmueble desde los años 30.

"Sólo paga cuando le ve las orejas al lobo", acusa el abogado, que dice que Victoria se retrasa en los pagos desde hace décadas. "Yo le digo, 'es que Victoria, si no pagas...' Si ya somos como de la familia". Pero la situación no avanza y "alguna vez iba a tocar", reflexiona el abogado: "Que ha sido ahora, cuando tiene 83 y está enferma, bueno, todos tenemos algo, si no es hoy será mañana, cuando tenga 90", dice. La familia, que debe unos 5.000 euros según sus propios abogados, quiere renegociar la deuda, pero el arrendatario del piso no parece dispuesto a alcanzar un acuerdo.

En la zona se personan siete efectivos de la policía madrileña. Y, al fin, entra en escena el agente judicial. "Si quiere ejecutar el desahucio va a haber que llamar a la Policía Nacional", le advierte uno de los agentes. Los gritos de los amotinados son cada vez más fuertes. Las partes negocian con el enviado del Juzgado. La defensa de Victoria y Antonio les entrega dos partes médicos en los que se explica que Victoria está incapacitada y que ni siquiera puede moverse.

Finalmente la operación se suspende hasta el 12 de septiembre. A Victoria le llenan de preguntas y felicitaciones, pero ella -que apenas oye- siempre responde, con la voz firme: "Estoy tranquila, estoy tranquila, estas cosas son muy desagradables". Este verano dormirá bien, después, "esperemos que la abogada tenga buena mano", deja caer.

Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/07/19/madrid/1311069177.html