Cuando la locura es blanca

Desde siempre se ha usado vulgarmente la palabra "locura" para definir las conductas humanas considerablemente diferentes de las mayoritarias (la rareza se reserva a las que sólo se separan moderadamente del montón), sin que los promotores de tal uso se hayan planteado nunca si los verdaderos locos no son ellos, autómatas que renuncian a su vida interior, a su personalidad, a sus deseos...y aceptan convertirse en clones del modelo de patán materialista, ambicioso, ciego, sumiso y aborregado que el poder quiere.

Frente a la alienadora norma, analicemos la locura, aceptando el término que los defensores de seguir a la manada renunciando a la identidad propia emplean. Para mí, hay dos tipos de locura: locura negra y locura blanca. La locura negra domina la conciencia del individuo y la esclaviza. Esquizofrenia, psicopatía...horrendos terrores y yerma insensibilidad que convierten la vida en un infierno de desolación y autodestrucción, sometiendo al hombre a un sufrimiento y una deformación de su espíritu que le apartan por completo de cualquier clase de felicidad. La llamo locura negra porque el negro es la ausencia de todo color, y esta locura mata los "colores" del ser, es decir, los elementos del alma humana donde reside su grandeza y que son la fuente del bienestar y la paz del individuo.

La locura blanca (desde mi perspectiva, la auténtica cordura) es, como el color blanco que le da nombre, la libre suma de todos los colores de nuestra persona, sin ningún factor externo (miedo al qué dirán, al rechazo, al "fracaso" laboral...) que ensucie la inigualable hermosura del color obtenido. Vivir como tus sentimientos, valores, sueños, preferencias...te dictan. Vestir como más cómodo vayas sin temor a que algún idiota piense que eres más o menos (borrego en todo caso) por no llevar la ropa que las tiendas, en su incansable afán por sacarnos los cuartos, mandan. Decir lo que piensas en cada momento, esté bien o mal visto, porque nadie es más desgraciado que quien tiene que fingir lo que no es. Enfrentarte a los hechos y personas cuya ruindad te repugna, por poderosas que sean ellas o sus amos, pues ningún daño que puedan hacerte será peor que el de sentirte cómplice silencioso de sus arbitrariedades. Escribir a quien amas en un lugar público soñando que lo lea, independientemente de que puedan considerarte loco o criticar tu conducta. Colocar tus actos ante el espejo de tu criterio, abstrayéndolos de todo lo externo y superficial. Y si su reflejo te provoca una sonrisa...llevarlos a cabo. Eso es esa locura blanca, ese libre vuelo, ese camino hacia la auténtica felicidad...que los hombres libres llaman libertad.

icaro tu estas loco?

Loco sí...tan loco como quisiera...posiblemente no, pero todo se andará Pero considero aceptable mi nivel de locura actual. Son los retos donde ser "cuerdo" en el mal sentido de la palabra equivale a ser un cerdo los que contribuyen a forjar la locura blanca...por eso siempre intento buscarlos. Si consideras que no estás lo bastante loco, te recomiendo que hagas lo mismo Un saludo!

Dalí decía que la única diferencia entre un loco y él, era que él sabía que estaba loco.

Aquí os dejo algo de su "locura":


Este tema de la locura me ha recordado también a una canción de Andrés Calamaro:

Movido desde el Refugio del unicornio

Ahora que ya tenemos un criterio firme y consistente para clasificar este tipo de textos, movido con carácter definitivo al Refugio del Unicornio de donde nunca debió salir