Al Qaeda y sus guerrillas fundamentalistas, cada vez más fuertes

Irak y Afganistán, los dos lugares donde Bush intentó ensayar su pax americana ocupándolos tras sangrientas guerras que han causado cientos de miles de víctimas inocentes, son hoy dos polvorines. Tras la llegada de los marines a Afganistán, la guerrilla taliban estaba derrotada, prácticamente no existía la resistencia y todo parecía indicar que la maquinaría bélica yanki había conseguido eliminar a la poderosa red de combatientes del mulá Omar, cuyos antecesores pusieron en fuga al feroz ejército soviético décadas atrás. Pero nada más lejos de la realidad: los talibanes sólo habían huido a las montañas parra reorganizarse y esperar hasta que la situación fuera propicia para atacar al ocupante. Y la mejor arma para lograrlo se la dieron Bush y su corrupto títere Karzai: el odio. Tras meses de constantes e indiscriminados bombardeos sobre las aldeas afganas, brutalidad policial, corrupción desbocada y miseria a raudales, las tribus afganas se dieron cuenta de que el nuevo gobierno no había nacido para servir al pueblo, sino a sus propios intereses...y a Bush. Esto hizo que cientos de aldeas y comunidades se pasaran al lado talibán. Resurgidos de sus cenizas, los talibanes controlan amplísimas áreas del país y han conseguido montar una red de combatientes en la capital capaz de introducir coches bomba en el mismo corazón de sus centros de poder y atacar con misiles el palacio presidencial, como sucedió hace unos días.

En Irak parecía suceder lo contrario. Potente e irreductible en un principio, la resistencia iraquí, hastada del fundamentalismo de Al Qaeda y tentada por los sobornos americanos, se desintegró en gran medida poniéndose del lado yanki en forma de milicias paramilitares. La guerrilla se evaporaba...hasta hace unas semanas, cuando los ataques y atentados volvieron a multiplicarse, obteniendo su punto álgido hoy, cuando consiguieron introducir varios camiones bomba en la zona verde y volar al menos dos ministerios, causando casi cien víctimas mortales y más de quinientos heridos. En otros países como Somalia, las guerrillas islamistas son cada vez más poderosas pese a la ayuda americana a los gobiernos que las combaten. Salvo el reducto de Mogadiscio y algún pequeño territorio más, el gobierno somalí carece de todo control sobre su país, en manos de Al Shabab, grupo guerrillero próximo a Al Qaeda. En Pakistán, las áreas tribales del país son feudo de los talibanes de la zona, hermanos de los afganos, que cada vez amplían más el radio de las tierras bajo su control.

Todo esto demuestra que el salvajismo militar nunca acabará con un movimiento como Al Qaeda que se nutre de la ignorancia, la desesperación y los agravios que una parte del Tercer Mundo (la islámica) sufre por parte del poder occidental. No se puede pedir al niño pakistaní que trabaja de sol a sol para una multinacional americana sin poder ir a la escuela, o al hombre afgano que perdió a su familia en el último bombardeo indiscriminado yanki, que no odie a los occidentales. Y si a ese odio se suma la apelación a la defensa de unas creencias religiosas profundamente arraigadas en su corazón, es muy difícil que no termine en las filas de Ben Laden. Mientras EEUU y sus secuaces continúen considerando colonias a tantos países y apoyando a sus sátrapas locales a cambio de que satisfagan sus intereses; mientras la ayuda al desarrollo no se convierta en un firme compromiso; mientras se siga considerando animales insignificantes a nuestros hermanos de tantas zonas del mundo que se pueden invadir y bombardear gratuitamente...la violencia estará garantizada, una violencia que muchos sólo quieren ver en momentos como el 11-S, cuando les toca de cerca, pero que en lugares como Afganistán o Palestina se sufre cotidianamente mientras el mundo calla ante los zarpazos de locos genocidas como Bush.

La solución sería sencilla: dejarnos mutuamente en paz unos a otros. El problema es que ambas partes pretenden ser, cada una a su manera, superior a la otra.

La clave no está en lo que pretenden los ideólogos de Al Qaeda, sino en las facilidades que van a encontrar para lograrlo. Y engendros como Bush les dan muchas y muy variadas, empezando por el arma del odio, que aunque muchos no lo crean es más poderoso que cualquier ejército (váse el 11-S). Yo creo que la clave está no sólo en dejar en paz a los países ocupados (Palestina, Irak, Afganistan...) sino en satisfacer de una vez la deuda histórica que, a raz del colonialismo, Occidente tiene con el resto del mundo. El primer mundo no puede blindarse mientras otros se mueren de hambre en gran medida por los expolios que a lo largo de la Historia (y hoy mismo) han sufrido y sufren.

mientras no se reeduque la sociedad , no va a cambiar nada.

No quiero ser pesimista, pero... ¿realmente pensáis que son cosas que tienen solucion?

Como dice Ícaro, la deuda del colonialismo es enorme; pero el orgullo del ser humano lo es mucho más, y si por un lado los occidentales no querríamos ir pagándoles pensiones a los pobres ("que se busquen la vida"), por el otro los pobres con sus pensiones no se conformarían.

Que la realidad es que la mayoría del mundo y de los gobiernos actuales no han tenido nada que ver en la pobreza de otros, pero los que la sufren jamás podrán verlo así: sólo ven que ellos están así porque sus antepasados perdieron contra los de los otros.

El Bien platónico, y su Justicia, son inalcanzables, porque ninguna de las dos partes tendrá jamás lo que espera de la otra. La cultura de cada una de las partes lo impide, y tendrán que pasar muchos siglos para que la cosa realmente cambie...

Pero nosotros, como herederos y beneficiarios de quienes realizaron esos expolios, tenemos el deber de ayudar a las víctimas. Y la solución no es darles pensiones, sino crear ayudas al desarrollo que les permitan reconstruir sus economías.

Por supuesto, pero los problemas de esa solución son que

1. los que mandan aquí no piensan lo mismo, y
2. los que mandan allí no piensan que sea suficiente.

Y cuestión aparte, pero también relevante, es que, al menos a mi modo de ver, digamos que cada civilización ve a las demás como destructoras de la propia, no sólo por la herencia del colonialismo, sino por la innata obsesión del ser humano por defender "lo suyo" frente a cualquier tipo, no ya de imposición, sino de semi-adaptación. Ese hecho es la fuente del nacionalismo, entre otras cosas, y tampoco ayuda bastante que digamos...

Hay países de población mayoritariamente musulmana como Tunez en los que cristianismo, judaismo e islam conviven en total armonía. Yo creo que si demuestras rrespeto y solidaridad a tu vecino, las barreras culturales entre vosotros se vendrán abajo.

Yo te digo que por mi parte hago eso, y que ojalá todo el mundo hiciera lo mismo.

Claro, respetamos el hecho de que mueran de hambre. Pero eso lo hacemos con todos nuestros vecinos.

Por eso dije respeto y solidaridad...y ante todo justicia.

Cierto, no me fijé en la solidaridad. Cuando es únicamente respeto, se puede degenerar en tolerancia, y de ahí, a indiferencia.