Hoy, 22 de abril, Día de nuestra madre Maya

Hoy se celebra el Día Mundial de la Tierra, nuestra madre Maya, una cita señalada en verde en el calendario internacional (salvo los que yo tengo en el despacho que tan sólo menciona el santoral de S. Agapito) para recordarnos la importancia de conservar los recursos naturales finitos del planeta que habitamos. Este año en Andalucía han coincidido, además, varios factores que han ayudado a dar mayor relevancia a esta fecha: por un lado, se ha cumplido el 40 aniversario desde que el evento adquiriese naturaleza y reconocimiento oficiales; por otro, 2010 es también el año internacional de la biodiversidad, con lo que la conjunción de ambas realidades ha tenido un efecto amplificador sobre la claridad y contundencia del mensaje: para vivir es necesario conservar.

Por tanto, queda claro que la preservación ambiental no es una tarea relacionada en exclusiva con el mantenimiento de un legado -que también-, sino una obligación común de la que depende nuestro desarrollo, bienestar, y la habitabilidad futura de los ecosistemas. Y cuanto mayor es el patrimonio natural, mayor es también la responsabilidad que acarrea su preservación y su gestión sostenible. Algo bien sabido en Andalucía, donde la intención del Gobierno que preside José Antonio Griñán va dirigida a convertir cada jornada en el día de La Tierra, y a dar cada año un paso más destinado a frenar la pérdida de diversidad biológica.

Aprovechando que 2010 es el Año del Tigre, viene que ni pintada la petición de hoy, hecha por el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, para salvar a estos grandes felinos, doblemente amenazados por la caza y la destrucción de su hábitat natural por la deforestación.

Su llamamiento viene a cuento porque, necesariamente, la viabilidad del tigre en el medio silvestre pasa por la protección del entorno, de nuestro planeta, una petición que coincide con las demandas ambientalistas que hoy se escuchan desde los cuatro rincones del planeta.

A grandes rasgos, afirman que pretenden hacer compatibles la conservación de especies, el cuidado ambiental y el desarrollo económico, un ambicioso objetivo idóneo para reflexionar en un día como hoy.

Y eso es algo que llama poderosamente la atención viniendo del Presidente del Banco Mundial.

Pero lo que la gente no sabe es que Zoellick es un enamorado de la naturaleza en general y del tigre en particular. En su despacho tiene un mapa que muestra la disminución de los tigres salvajes en el mundo, con las zonas conflictivas sombreadas en rojo y naranja.

El mapa debe estár a punto de explotar de tonos rojizos, pues apenas quedan 3.500 ejemplares en estado salvaje. Pero quizás aún no sea tarde para evitar la extinción total, y con este ánimo Zoellick pide una acción conjunta entre los países y organizaciones.

Justo es reconocerlo, desde el Banco Mundial también se actúa. A través de la Inciativa Mundial del Trigre, una alianza de gobiernos y de más de 30 ong’s, éste ha trabajado para ampliar el hábitat del tigre en países como India y Nepal. Y en la China, por ejemplo, se está moviendo contra el mercado negro de la venta de las distintas partes del tigre.

Y esto es una noticia esperanzadora teniendo en cuenta de donde viene, pues uno puede pensar que el Banco Mundial es uno de los mayores símbolos del capitalismo y que te de un mensaje así, lo veo muy positivo.

Creo que hacen falta más personas como Zoellick, gente enamorada de los animales y que los trate con el respeto y el derecho que se merecen.

(He unido dos temas míos en uno, siento el tocho)