La Ley del Menor

Antes de empezar os dejo un vídeo que os va a aportar mucho más sobre el tema (y a divertir, dicho sea de paso) que el rollo que voy a escribir a continuación (que también me encantaría que leyerais, pero no tengo derecho a pediros que paseis tan agotadora prueba por mí ) http://blogs.periodistadigital.com/electroduende.php/2007/09/19/emiliocalatayud_menores8794

Si ya es complicado, y en muchos casos un auténtico dilema ético, determinar las penas de los delitos cometidos por adultos, dada la restricción de derechos que van a implicar y la necesidad de su adecuación al fin reinsertor que toda condena debe tener, cuando los acusados que deben ser juzgados son menores de edad, con la consiguiente falta de madurez y enorme vulnerabilidad que esta condición supone, el problema se vuelve delicado como pocos.

En España rige a estos efectos la Ley 5/2000 conocida como Ley del Menor. Sus deficiencias son muchas, pero voy a centrarme en las más graves: el papel prevalente que se otorga a esas infernales fábricas de delincuentes llamadas "centros de menores", la intolerable puerta abierta al internamiento de cualquier chico por leve que sea su infracción que constituye el agravante de "haber realizado los hechos en grupo", y la falta de severidad con quienes cometen crímenes realmente graves, como el asesinato o la violación.

Los centros de menores en España... son peor que la cárcel ¿Motivo? La vigilancia es prácticamente nula. Con la excusa de que allí no se custodia criminales sino que se acoge a "críos que han cometido errores", el personal encargado de garantizar que se cumplan las normas y se respeten los derechos de los internos es tan reducido que, en muchos casos, es como si no existiera ¿Resultado? Pobres chicos que robaron en una tienda se encuentran a merced de bestias (en la mayoría de los casos víctimas de la sociedad...pero pervertidos de tal modo por la ley de la calle que el sadismo y la maldad se han apoderado de ellos) condenadas por haber torturado y matado. ¿Consecuencias? O se vuelven como ellos o son hombres muertos. O se llenan del ambiente de violencia, brutalidad y vileza del centro, mucho peor que el de la calle porque aquí no hay callejores por los que escapar del matón... o probablemente no salgan vivos de la próxima paliza. Las deficiencias son tan sangrantes que los propios funcionarios de los centros se ven obligados a dar la voz de alarma, como puede verse en el siguiente artículo de prensa http://www.elpais.com/articulo/cataluna/sindicatos/denuncian/precaria/situacion/centros/menores/elpeputec/20021105elpcat_15/Tes . En otros casos, son los propios trabajadores los que maltratan y denigran a los internos, como ha denunciado el sacerdote Enrique de Castro, hombre ejemplarmente comprometido con los derechos de los excluidos.

El segundo gran problema está...en lo fácil que es entrar en esos inmundos agujeros. Se podrá internar en régimen cerrado al menor, independientemente de la gravedad de su infracción (da igual que no sea un delito grave) cuando cumpla el siguiente requisito " Los hechos tipificados como delito se cometan en grupo o el menor perteneciere o actuare al servicio de una banda, organización o asociación, incluso de carácter transitorio, que se dedicare a la realización de tales actividades". Con que tres amigos se pongan de acuerdo para robar una moto, ya es suficiente, pues ya integrarán el "grupo" que menciona la ley. Si ya de por sí es inaceptable internar en una institución carcelaria a un muchacho de cabeza loca y ambiente, casi siempre y sin que él tenga culpa, marginal, violento y descarnado, a la primera de cambio y por una infracción no grave... cuando el lugar de internamiento es una jungla abyecta...directamente es un crimen.

Y el tercero, que también cae por su propio peso...es que los violadores y asesinos de Sandra Palo no pueden estar en la calle a los dos días. Pero el art. 10 de la ley impide que las condenas puedan superar los 3 años si el delincuente tiene 14 o 15 años, y 6 si tiene 16 o 17. Hay conductas, como el asesinato de un indefenso o la violación de una chica que nada podía hacer para evitarlo, que requieren que su ejecutor haya perdido cualquier resto de humanidad para cometerlas. Y eso no se cura en 6 años...ni mucho menos en 3. Una cosa es robar a un tendero o llevarse un coche... y otra destrozar una vida a sangre fría. Quien es capaz de ver el terror y el sufrimiento exacerbado de su víctima y reir... no puede volver a la calle al rato. Pero no por venganza... sino porque un grado semejante de perversión y bestialidad requiere muchos años de terapia para ser superado...y porque los engendros capaces de tales brutalidades que quedan en la calle, deben saber que si obran así no les saldrá gratis.

¿Soluciones? La primera destinar los medios necesarios a los centros de menores para lograr que sean lo que deben ser y no las cloacas de hoy día. La segunda, potenciar las medidas reinsertoras que eviten el traumático paso por el centro a tantos chicos que, casi siempre como consecuencia de la violencia que la sociedad les ha infligido en forma de exclusión, explotación de sus padres y miseria, cometen infracciones no graves. Las tareas educativas y sociales, como sacarse el graduado escolar o apuntarse a un grupo de teatro, pueden aportarles mil veces más que la represión, porque pueden enseñarles conceptos como la autosuperación, el compañerismo y la belleza de la cultura, muchísimo más útiles para su desarrollo que el estéril internamiento bajo los muros de una fría institución. En tercer lugar, las penas para los delitos especialmente graves como el asesinato o la violación deben ser endurecidas por las razones que antes expuse. Por último (y más importante)...acabar con la injusticia social, que condena a tantos millones de españoles a vivir un infierno cotidiano mucho más grave y doloroso que la mayoría de delitos.

El vídeo no va bien en esa dirección. Aquí os lo paso en el youtube en dos partes

http://es.youtube.com/watch?v=K2GTauJT5Vg

http://es.youtube.com/watch?v=91gDdSSX_jk&feature=related

Estoy completamente de acuerdo con lo que se plantea aquí. Soy psicólogo y he trabajado como educador en un centro de menores durante un año. En ese tiempo, he tenido oportunidad de observar de cerca las dinámicas y problemática que se dan en estos lugares, llegando a una serie de conclusiones. La primera, existe tecnología educativa y comportamental para abordar con garantías el proceso de reinserción de estos jóvenes, en la mayoría de los casos; el problema, el ratio abusivo educador-menor, psicólogo-menor y, en general, equipo técnico/educativo-menor. Probablemente derivado de este hecho, quizás un problema independiente, es que, los distintos profesionales que deberían trabajar activamente en la recuperación de los chicos, se encuentran enterrados bajo toneladas tareas burocráticas y administrativas diarias. Son tanto los informes y demás gestiones sobre papel que deben realizar que no les resta tiempo para realizar una intervención de calidad. Segunda, no siempre las cosas estuvieron tan claras como empiezan a estarlo en estos tiempos respecto al perfil del educador de menores. Los centros han heredado personal que fue contratado de la mano de modelos obsoletos de pensar la función de estos lugares. Resultado de lo cual, siguen existiendo empleados "porteros de discoteca", "expertos en artes marciales" y demás perfiles de gente "con calle". Es normal que no se hagan las cosas bien de esta forma. Pero llevan muchos años trabajando y despedirlos cuesta dinero. La actualización o rahabilitación de este personal, partiendo de semejante línea base, resulta en un absurdo completo. Mientras que su permanencia contamina y crea importantes contradicciones educativas frente a cualquier intento de trabajar por el cambio; ya que no dejan de ser visto como educadores, dicho de otra forma, como modelos de referencia. Nadie es un buen modelo de referencia ara estos chicos si interacciona con ellos simulando puñetazos y llaves de lucha libre, si ríe y cuenta chistes sexistas, xenófobos y crueles, si no entiende el papel de los límites en la educación, si prefiere hacer la vista gorda con tal de no buscar problemas, etc.

Como apunta ícaro, la falta de medios es un problema grave en lo que a los menores respecta. Ahora, si uno se fija, parece que "falta de medios" es un problema común a multitud de cuestiones : seguridad vial, ejecución de sentencias, violencia doméstica, etc etc... A ver si el Gobierno se aplica y saca de donde no tiene para ir acabando poco a poco con estos probles (gravísimos, por otro lado).

Saludetes