Tribuna del Jurista
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

Texto íntegro de la nota de los obispos orientando al voto y comentario a la misma.

Ir abajo

Texto íntegro de la nota de los obispos orientando al voto y comentario a la misma. Empty Texto íntegro de la nota de los obispos orientando al voto y comentario a la misma.

Mensaje por icaro100 Vie Mar 07, 2008 1:18 pm

Nota de la Comisión Permanente
de la Conferencia Episcopal Española
ante las elecciones generales de 2008


Madrid, 30 de enero de 2008


1. Los españoles hemos sido convocados a las urnas para el próximo 9 de marzo. Como en otras ocasiones semejantes, los Obispos ofrecemos a los católicos y a todos los que deseen escucharnos algunas consideraciones que estimulen el ejercicio responsable del voto. Hablamos como pastores de la Iglesia que tienen la obligación y el derecho de orientar el discernimiento moral que es necesario hacer cuando se toman decisiones que han de contribuir al pleno reconocimiento de los derechos fundamentales de todos y a la promoción del bien común.

2. Con tal finalidad pensamos que es éste un momento apropiado para leer y meditar de nuevo la Instrucción Pastoral aprobada el 23 de noviembre de 2006 por la Asamblea Plenaria de nuestra Conferencia Episcopal bajo el título de “Orientaciones morales ante la situación actual de España”. Recordamos algunas ideas fundamentales de esta Instrucción, que han de ser comprendidas, por tanto, en el conjunto de aquel relevante texto.

3. Respetamos a quienes ven las cosas de otra manera. Sólo pedimos libertad y respeto para proponer libremente nuestra manera de ver las cosas, sin que nadie se sienta amenazado ni nuestra intervención sea interpretada como una ofensa o como un peligro para la libertad de los demás. Deseamos colaborar sinceramente en el enriquecimiento espiritual de nuestra sociedad, en la consolidación de la auténtica tolerancia y de la convivencia en el mutuo respeto, la libertad y la justicia, como fundamento imprescindible de la paz verdadera (n. 81).

4. Si bien es verdad que los católicos pueden apoyar partidos diferentes y militar en ellos, también es cierto que no todos los programas son igualmente compatibles con la fe y las exigencias de la vida cristiana, ni son tampoco igualmente cercanos y proporcionados a los objetivos y valores que los cristianos deben promover en la vida pública (n. 50).

5. Los católicos y los ciudadanos que quieran actuar responsablemente, antes de apoyar con su voto una u otra propuesta, han de valorar las distintas ofertas políticas, teniendo en cuenta el aprecio que cada partido, cada programa y cada dirigente otorga a la dimensión moral de la vida. La calidad y exigencia moral de los ciudadanos en el ejercicio de su voto es el mejor medio para mantener el vigor y la autenticidad de las instituciones democráticas (n. 56). No se debe confundir la condición de aconfesionalidad o laicidad del Estado con la desvinculación moral y la exención de obligaciones morales objetivas. Al decir esto no pretendemos que los gobernantes se sometan a los criterios de la moral católica. Pero sí que se atengan al denominador común de la moral fundada en la recta razón y en la experiencia histórica de cada pueblo (n. 55).

6. “Es preciso afrontar - señala el Papa - con determinación y claridad de propósitos, el peligro de opciones políticas y legislativas que contradicen valores fundamentales y principios antropológicos y éticos arraigados en la naturaleza del ser humano, en particular con respecto a la defensa de la vida humana en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural, y a la promoción de la familia fundada en el matrimonio, evitando introducir en el ordenamiento público otras formas de unión que contribuirían a desestabilizarla, oscureciendo su carácter peculiar y su insustituible función social” (n. 56). La legislación debe proteger al matrimonio, empezando por reconocerlo en su ser propio y específico (n. 41).

7. No es justo tratar de construir artificialmente una sociedad sin referencias religiosas, exclusivamente terrena, sin culto a Dios ni aspiración ninguna a la vida eterna (n. 13). En ese sentido parece que apuntan, entre otras cosas, las dificultades crecientes para incorporar el estudio libre de la religión católica en los currículos de la escuela pública, así como el programa de la nueva asignatura, de carácter obligatorio, denominada “Educación para la ciudadanía” (n.18 ), que lesiona el derecho de los padres - y de la escuela en colaboración con ellos - a formar a sus hijos de acuerdo con sus convicciones religiosas y morales. Es necesario promover un gran pacto de Estado sobre la base de la libertad de enseñanza y la educación de calidad para todos.

8. El terrorismo es una práctica intrínsecamente perversa, del todo incompatible con una visión moral de la vida justa y razonable. No sólo vulnera gravemente el derecho a la vida y a la libertad, sino que es muestra de la más dura intolerancia y totalitarismo (n. 65). Una sociedad que quiera ser libre y justa no puede reconocer explícita ni implícitamente a una organización terrorista como representante político de ningún sector de la población, ni puede tenerla como interlocutor político (n. 68 ).

9. La Iglesia reconoce, en principio, la legitimidad de las posiciones nacionalistas que, sin recurrir a la violencia, por métodos democráticos, pretendan modificar la configuración política de la unidad de España (n. 73). Al mismo tiempo, enseña que, también en este caso, es necesario tutelar el bien común de una sociedad pluricentenaria y - en palabras de Juan Pablo II a los obispos italianos - “superar decididamente las tendencias corporativas y los peligros del separatismo con una actitud honrada de amor al bien de la propia nación y con comportamientos de solidaridad renovada” por parte de todos. Hay que evitar los riesgos de manipulación de la verdad histórica y de la opinión pública en favor de pretensiones particularistas o reivindicaciones ideológicas (n. 74).

10. En este momento de la sociedad española, algunas situaciones concretas deben ser tenidas muy particularmente en cuenta. Nos parece que los inmigrantes necesitan especialmente atención y ayuda. Y, junto a los inmigrantes, los que no tienen trabajo, los que están solos, las jóvenes que pueden caer en las redes de la prostitución, las mujeres humilladas y amenazadas por la violencia doméstica, los niños, objeto de explotaciones y de abusos, y quienes no tienen casa ni familia donde acogerse. Hay que trabajar también para superar las injustas distancias y diferencias entre las personas y las comunidades autónomas, tratando de resolver los problemas más acuciantes, como son el trabajo, la vivienda accesible, o el disfrute equitativo de la naturaleza, compartiendo dones tan indispensables para la vida como el agua y cuidando con esmero el patrimonio común de la creación (n. 80). En el orden internacional, es necesario atender a la justa colaboración al desarrollo integral de los pueblos.

Que el Señor ilumine y fortalezca a todos para actuar en conciencia y conforme a las exigencias de la convivencia en justicia y libertad.
icaro100
icaro100
Administrador
Administrador

Mensajes : 15908
Miembro desde : 03/03/2008

http://www.tuenti.com/#m=profile&uid=60546848

Volver arriba Ir abajo

Texto íntegro de la nota de los obispos orientando al voto y comentario a la misma. Empty Comentario

Mensaje por icaro100 Vie Mar 07, 2008 2:01 pm

Y ahora mi humilde opinión. El denominador común de esta nota es, por un lado, la hipocresía, el intento de imponer encubiertamente a la ciudadanía sus más absurdos dogmas morales, y por otro la más absoluta traición al cristianismo para echarse en brazos del PP. Analicemos las innegables contradicciones del texto episcopal, que dejan al descubierto sus verdaderas intenciones, y pongamos en relación su contenido con la esencia de lo que Cristo predicó.

Dicen los obispos: "Respetamos a quienes ven las cosas de otra manera. Sólo pedimos libertad y respeto para proponer libremente nuestra manera de ver las cosas". Estas palabras resultan incomprensibles si las ponemos en relación con la conducta de Rouco y compañía en los últimos tiempos, atacando fiera y despiadadamente a los homosexuales por el "delito" de amarse y condenando el divorcio (el más claro ejemplo lo tenemos en esa vomitiva expresión del nacionalcatolicismo más rancio llamada "jornada de las familias" celebrada hace pocas semanas, donde el cardenal Cañizares afirmó que reconocer a las parejas homosexuales el derecho de estar juntas y otorgarles la misma protección que a las heterosexuales suponía la "disolución de la democracia"). Si no quieren imponernos nada...¿por qué no se limitan a intentar convencer a la gente de esa soberana estupidez de que la homosexualidad (orientación sexual tan natural, pues es genética, y maravillosa como la heterosexual) es mala, y no se empecinan en negarles por la fuerza y la imposición más absurda y autoritaria el derecho a casarse?.

Pero es que la clave de lo que los obispos realmente quieren la tenemos en el punto 5 de su texto: "No se debe confundir la condición de aconfesionalidad o laicidad del Estado con la desvinculación moral y la exención de obligaciones morales objetivas. Al decir esto no pretendemos que los gobernantes se sometan a los criterios de la moral católica. Pero sí que se atengan al denominador común de la moral fundada en la recta razón y en la experiencia histórica de cada pueblo". Esto lo explica todo. Los obispos se arrogan la potestad de decidir qué comportamientos morales están dentro de dicha "recta razón", y se consideran legitimados para exigir al gobierno que los imponga por la fuerza. Totalitarismo en estado puro. La "recta razón", la establecemos la mayoría en las elecciones, y no una panda de devoradores de caviar vestidos de negro (eso sí, la decisión de la mayoría sólo será válida mientras no atente contra el principio básico de justicia natural que implica la igualdad radical de todos los hombres, su libertad y el derecho inalienable de toda persona a una vida digna y a los recursos necesarios para desarrollarse como individuo, cosa que hoy por desgracia no se da en España, ni nunca se ha dado, salvo en la Segunda República que nos acercamos bastante).

Estos señores olvidan algo que ya en el Derecho romano se reconocía...y es que cada persona tiene derecho a hacer lo que le plazca con su vida mientras no dañe a terceros, sin ser discriminado por ello. Pero también olvidan algo aún más importante. Y es que para cualquier hombre que se digne de serlo, y más para un cristiano, no hay nada más sagrado que el amor. E intentar reprimirlo, someterlo, destruirlo...es servir al diablo y atentar contra la dignidad misma del ser humano. La relación homosexual, en cuanto que otorga a la pareja la misma plenitud y felicidad que la heterosexual, es por Derecho Natural, por justicia misma, tan valiosa y digna de protección como la que une a un hombre y una mujer. Perseguirla es un ataque contra la Razón y la sensibilidad humana, y algo que ninguna sociedad civilizada debe permitir en su seno.

Visto el totalitarismo encubierto de la nota episcopal, expondré para finalizar su radical anticristianismo. No mencionan, salvo en un huequecito al final, la injusticia social. Dedican párrafos y párrafos a criticar lo que la gente hace con su vida privada, a hablar de las negociaciones con ETA (que todos los gobiernos han tenido por cierto)...pero obvian el más radical y criminal ataque a la Palabra de Cristo que se da en España...la pobreza y la explotación laboral. Dice el Señor"Es más difícil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos" "Aquello que hagais a uno de estos pequeños hermanos míos, a mí me lo haceis". "Dice San Juan Bautista "Quien tenga dos capas, que dé una al desnudo". El cristianismo es justicia, es solidaridad, es defensa del pobre, del oprimido, es garantía de los derechos de todos. Cristo deja libertad para salvarnos o condenarnos, porque es nuestra vida lo que está en juego, vida que sólo a nosotros nos pertenece...pero no para respetar o no la dignidad del hermano, porque no es nuestra. Por ello el fin de un gobierno respetuoso con el cristianismo no es imponer una moral determinada a los demás, pues tal política destruiría su santa libertad...sino evitar que los malvados pisoteen al débil. Pero eso no interesa a la Conferencia Episcopal, rastreros siervos del partido más antisocial y negador de la dignidad del ser humano que hay en España...por eso callan como callaron cuando el PP hizo el Decretazo o nos llevó a la guerra de Irak. Como decía Cristo "sois como sepulcros blanqueados".
icaro100
icaro100
Administrador
Administrador

Mensajes : 15908
Miembro desde : 03/03/2008

http://www.tuenti.com/#m=profile&uid=60546848

Volver arriba Ir abajo

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.