Sanción ejemplar a Pepe

Las conductas antideportivas y violentas hay que sancionarlas, y además la sanción ha de ser dura y ejemplar. Es el caso del madridista Pepe, quien agredió en varias ocasiones al jugador del Getafe Casquero en el partido del pasado martes.

El deporte, ante todo, es deporte, y por tanto un juego. Como en todo juego hay que cumplir las normas, pero por encima de las normas propias de cada modalidad deportiva hay unas normas "sagradas" en toda actividad deportiva que es el respeto por el adversario y el correcto comportamiento y trato hacie él. Quien incumple esto, a mi modo de ver, está olvidándose de la base que fundamente el deporte y, por tanto, no merece ser llamado deportista.

Es evidente que en la tensión de un partido, y más en un deporte "de contacto" como el fútbol, se producen numerosos lances y encontronazos. También es obvio que en el transcurso del juego se producen conductas agresivas (calificadas como "agresiones") que son sancionadas con la expulsión del jugador del terreno de juego. Pero todo tiene sus límites, y cuando un deportista se desentiende totalmente del juego para dar lugar a su particular forma de manisfestar la violencia que hay en su interior NO MERECE SER LLAMADO DEPORTISTA.

Sé que puede parecer una visión demasiado radical, pero es lo que pienso en lo relativo a este tipo de actuaciones tan lamentables.

Y, por supuesto, no tiene nada que ver que el jugador sea del Madrid (para los malpensados).

Aquí la noticia:
http://www.libertaddigital.com/deportes/pepe-sancionado-con-diez-partidos-1276357340/